Archivos Mensuales: enero 2018

Cenizas.

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Cenizas.

Termina de irte de una vez. ¡Exijo mantenimiento en mi vida! Quiero y necesito deshacerme de todo este desaire que desemboca de tus labios. No quiero que te quedes en ningún formato: ni en canción ni en recuerdo, ni en sonrisa ni mucho menos en lágrima. Vuela, sólo te pido eso esta madrugada, vuelta alto, pájaro. Elévate por encima de todo este desastre que soy yo. Siempre soñé con algún día verte por los cielos, alejándote de mí, mientras yo no dejo de sonreír, porque me has enseñado tanto y una de esas cosas es que puedo ser feliz sin ti, pero no contigo. Sin ti, pero no contigo. ¿Por qué la vida es tan dura de entender a veces? Desde el día que te vi, supe que había magia en ti y que tú eras mi independencia, que contigo sabría extender mis alas, mi libertad y mi Sol. Que contigo aprendería a abrir las cortinas para que los rayos calasen mi día y pudiese empezarlo con el pie derecho. O quizás toda la vida me he levantado del lado equivocado de la cama y no me he dado cuenta que buscaba un ser indestructiblemente dañino. Y luego tú, por supuesto, con todo ese baile que trajiste bajo esa sonrisa. Esta no es una dedicatoria, pero sí una posdata: sé feliz sin mí, que yo lo seré conmigo. O al menos intentaré vivir conmigo: amarme, respetarme y serme fiel, independientemente de las situaciones.

“Qué canto más triste de ese cuervo”, dijo la gente una tarde. Sin saber que era yo llorando tras la partida de mi pájaro. Y que mientras lo veía hacerse añicos en el horizonte, mis pedazos rotos, en sincronización, se hacían más pequeños también.
Soy feliz sin ti, pero sí conmigo.
Y el mundo, de repente, fue cenizas. Y no supe nada de él desde entonces y quizás él nunca leyó nada de lo que le escribía, porque jamás lo olvidé y él quizás me olvidó a la tercera canción, que era mi favorita.

Soy feliz sin ti, pero sí conmigo. Y el mundo, de repente, fue cenizas. Y no supe nada de él desde entonces y quizás él nunca leyó nada de lo que le escribía, porque jamás lo olvidé y él quizás me olvidó a la tercera canción, que era mi favorita.

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Soy feliz sin ti, pero sí conmigo. Y el mundo, de repente, fue cenizas. Y no supe nada de él desde entonces y quizás él nunca leyó nada de lo que le escribía, porque jamás lo olvidé y él quizás me olvidó a la tercera canción, que era mi favorita.

Te sentí equivocada. Y, sin embargo, no dejé de intentarte. Supongo que de eso va amar: el deseo de que el otro sea el indicado para ti, aunque sus rosas estén equivocadas de jardín. Y de estación. Y de… No lo sé. Cuando te vi, pensé: eres el amor de mi vida. Mientras la vida me decía: ella es la vida de tu herida. No entendí nada. No hice preguntas. Silencio. Dejé que el tiempo barriese el polvo que otros dejaron en mis escombros. Me sonreías y yo había encontrado el calor que te dan las sonrisas cuando al final te das cuenta de que no es un mal día lo que has tenido, sino una mala vida. Y, justo al final del baile, te has dado cuenta de que no había nadie ahí para decirte: mira, lo que yo quiero es hacer que esta noche olvides tu nombre y hasta de que existen, encima nuestro, estrellas que tiritan al ritmo de un corazón roto. Estoy aquí para que te des cuenta de que no estás solo, ¡mírame! Esto es lo que quiero hacer contigo.

Y que te bese por un largo tiempo. Olvidándote de todo. Tal como prometió. Pero no. No había nadie. Nadie que te salvara. No existía una historia que quisiese escribirse contigo. Nadie que te llenara la cara de sonrisas bonitas, sólo de lágrimas imposibles. De noches en las que te la pasas preguntando el porqué de las cosas y el cómo llegar y el con quién hacerlo.

Bonita. El mi te lo dejo para ti. Te quiero libre, porque desde el principio te supe equivocada. El amor de mi vida. La razón de mis buenos días y también de los malos. La saliva sobre mis heridas. El atardecer que hace que apague todos los recuerdos y empiece a soñar con ser alguien. Alguien a quien amen con la misma intensidad con la que se muere una estrella. El querer llegar lejos junto a alguien. No mirar hacia atrás, sino que me sonrías al lado. La vida de mi herida. Tarde comprendí:
Hay personas que vienen a hacerte feliz, a tal punto de que tú rías lleno de heridas. Haciéndote olvidar de que te hicieron daño, de que aún sangras. Esas personas son la antesala de la eternidad.

—Amor, llegué demasiado tarde. ¿Me perdonas? —Le supliqué.
—Entra por una de mis grietas —y me dirigió hacia su corazón—. Espero no te incomode tanto golpe.

Y ambos reímos.
Y ambos entendimos la vida.

No todas las chicas buscan ser salvadas con un beso.

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No todas las chicas buscan ser salvadas con un beso.

Se quedó a vivir en una fotografía,
es la chica de la que te acuerdas cuando cierras los ojos
y tu planeta parece haberse salido de órbita
y ya no es lo que solía
y tienes que conformarte con ver el cielo de la noche:
apagar las velas
y poner tu canción favorita.
Hundirte en ese naufragio que es la vida
y no saber cómo salir a flote,
sino con uno de sus besos,
caricias
o reproches.

Es tímida como el infierno
pero a veces explota contra todo:
se lleva lo que tenga en frente
y después con su carita triste busca
los pedazos en el suelo,
baila la canción más triste del mundo
y hace de ello un espectáculo del que nunca te olvidarás,
aunque más adelante la vida se encargue de barrer de tu memoria
hasta el último grano de su sonrisa.
Y tengas que andar por las calles
buscando en cada chica esa sonrisa que te cautivó,
que te dañó
y que a la vez te sanó.

Mírala, está en huesos:
se está matando a sí misma,
se siente tan cansada
que no quiere comer
ni beber
ni amar
ni reír.
Sólo se deja arrastrar por el viento
y adonde quiera que la lleve
ahí, según ella, reposará.
Sueña con morir algún día
y provocar una lluvia de estrellas
y que el mundo sepa que existió
y que la cuenten
y que la pidan
y que la deseen
y que no la sigan rompiendo.

No podrás sacarla de tu cabeza,
porque es ese pensamiento de madrugada;
ni tampoco la expulsarás de tu corazón,
porque es ese latido mortal.

Sonrie….

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Sonrie….

Un abrazo !… Quiero decirte entre las estrellas más hermosas, entre las nubes, que estoy bien, aquí solo hay paz.. amor y perdón..

No te pongas triste por mi ausencia, no me he ido de tu lado, simplemente que ahora no me puedes ver como antes, ni puedes oír mi voz, pero estoy contigo a toda hora, en cada latido de tu corazón, en cada lágrima que derramas por mí. Sabes? te las he secado con mis manos y con mis besos pero no te das cuenta, el dolor y el no aceptar que no estoy físicamente, no deja que me veas..

Sabes bien que ésta es la ley de la vida.. No culpes a nadie… No te sientas culpable por nada, si no me diste un abrazo cuando tuviste tiempo, si no me dijiste cuánto me amabas, olvídalo..! tu dolor lo dice todo; anda piensa que estoy bien, sonríe cuando te acuerdes de mí…

Recuerda los mejores momentos que compartimos, las veces que reímos juntos… No recuerdes cómo fue mi partida.. eso te hace mucho daño, desangra tu alma y tu corazón… No te tortures más…
Cuando te sientas solo, alza tu mirada al cielo… no importa si es de día, me verás en la nube que este más cerca, y si es de noche, simplemente busca la estrella más grande, la que brille más… Ahí estaré viéndote, y mi titilar te responderá..

Acuérdate que no fue un adiós que nos dijimos, fue simplemente un hasta luego… Quizás sea pronto nuestro encuentro, quizás pasen muchos años para volvernos a encontrar, pero si te aseguro que ese encuentro entre nosotros es lo único que tenemos seguro….

No me llores más que eso me pone muy triste y aquí en este lugar no aceptan las tristezas.. No me mojes mis alas con tus lágrimas, muchas veces me impides despegarme de la tierra al lugar donde realmente pertenezco…. Nadie puede decirle a Dios por qué se fue tan pronto ? … nadie puede reprochar a Dios por enviar a un ángel a buscarme….

Cuando te agobien estos pensamientos..tan solo di.. Señor que se haga tu santa voluntad.. Tú me lo diste y a ti pertenece, te aseguro que estas palabras te darán consuelo..

Bueno me despido. Hoy hay fiesta en el cielo porque muchos vienen a encontrarse con sus seres amados y quiero estar presente para saber la alegría que se siente cuando uno abraza a alguien que dejó en la tierra….

Recuerda que los amo mucho y que siempre estaré a sus lados hasta que se vengan sin equipaje, porque aquí sólo se trae lo que siembres en la tierra y marcan las huellas que dejaste…….su angel de la guarda.